Joe Arroyo, salsa colombiana genial, muerta a los 55 años

Joe Arroyo, la estrella de salsa y compositor cuyas canciones penetrantes, de alto tenor e innovadoras, incluida La Noche, lo convirtieron en una fuerza innovadora en la salsa colombiana y uno de sus principales embajadores en el extranjero, falleció. Tenía 55 años.

Arroyo, de nombre real Álvaro José Arroyo, falleció la mañana del 26 de julio en el Hospital de Asunción, en Barranquilla, donde estuvo hospitalizado durante el último mes por diversas dolencias, entre ellas insuficiencia renal y problemas cardíacos.

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Es una gran pérdida para la música y para Colombia, escribió en Twitter el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Arroyo murió en medio de un resurgimiento de su música y su carrera.

Su vida es actualmente el tema de la telenovela de mayor audiencia en horario estelar de Colombia, El Joe, La Leyenda, que se transmite entre semana en el canal RCN desde mayo. La popularidad de las telenovelas depende de la música de Arroyos y de una vida colorida repleta de uso intensivo de drogas, una plétora de mujeres y grandes roces con la muerte que desafiaron la realidad y generaron dos biografías. La telenovela, a su vez, condujo a una gira anunciada y una reedición de gran parte del abultado catálogo de Arroyos, más de 150 canciones grabadas, muchas de ellas lanzadas en el indie colombiano Discos Fuentes. En un giro inesperado, la mañana de su muerte, la Academia Latina acababa de anunciar que lo honraría con un Premio a la Trayectoria durante los Latin Grammy en noviembre.

Nacido en la histórica ciudad costera de Cartagena, Colombia, Arroyo saltó a la fama durante la explosión de la salsa colombiana de la década de 1970 después de ser descubierto por Julio Ernesto Estrada, líder del grupo de salsa Fruko y Sus Tesos. Arroyo se hizo un nombre como el cantante principal de Fruko, popularizando temas que se convertirían en clásicos, incluidos Manyoma y El Confundido.

Video: Joe Arroyos Salsa Classic, La Noche

Más tarde, Arroyo formaría su propia banda, La Verdad, y grabaría temas como La Noche y Rebelion, que cuenta la historia de una pareja africana esclavizada que se rebela contra su dueño español.

Rebelión fue elegido para ser el tema de El Joe, porque es un artista que le canta a la libertad, al baile, a la desigualdad, y es un rebelde, le dijo a Nosotros el director de telenovelas Herney Luna el mes pasado.

Si bien la vida de Arroyos había sido objeto de mucha fascinación, en realidad llevarla a la pantalla era un riesgo.

El Joe puede ser la primera telenovela latinoamericana cuyos personajes principales son negros y toda su trama gira fuertemente en torno a la cultura negra en un país latinoamericano. Y aunque El Joe terminó con la bendición de Arroyo, no está desinfectado y, de hecho, dice Luna, Arroyo insistió en que su lucha con las drogas permanece en la historia.

El proyecto es un homenaje a él ya la música latina, dice Luna, señalando que la historia de Arroyos de la pobreza a la riqueza es universal.

Ha tenido éxito porque la gente quiere escuchar la música y divertirse, pero también se han identificado con su historia, dice.

Arroyo nació en un barrio marginal de Cartagena y muy pronto decidió una carrera musical, a menudo cantando en autobuses por dinero.

Su madre lo mandaba a buscar agua a los pozos y él hacía ruido de multitud para que rebotara en las paredes y él se imaginaba que lo vitoreaban, dijo el biógrafo Mauricio Silva en una entrevista televisiva.

Arroyo soñaba con ser baladista y audicionaba constantemente para concursos de estaciones de radio. Pero su primera actuación paga fue como cantante en un burdel, cuando solo tenía 13 años. Más tarde fue reclutado como cantante de la Orquesta La Protesta, una banda de salsa en Barranquilla. A los 17, consiguió el papel como cantante principal de Fruko y Sus Tesos, uno de los grupos de salsa más importantes de Colombia en un momento en que la música salsera estaba experimentando un renacimiento en el país.

En 1981, Arroyo creó La Verdad y lanzó Rebelion. Fue, según sus propias palabras durante una entrevista de 2006 con la revista Herencia Latina, el himno de la orquesta. Me dio a conocer a nivel mundial y me abrió las puertas a Europa, Asia y África.

La carrera de Arroyo oscilaría junto con su salud y su lucha contra las drogas, que relató en su música. Pero siguió siendo un artista importante y, en la última parte de su carrera, se dedicó a redescubrir los ritmos folclóricos colombianos.

A lo largo de su vida, según Silva, colocó 40 canciones en el número 1 de las listas de éxitos tropicales de Colombia, más que cualquier otro cantante.

Cuando escribo, pienso en la bailarina y las criadas; esos son los que hacen que mis temas sean hits, dijo Arroyo en la misma entrevista con Herencia Latina. Siempre escojo tres o cuatro ritmos tropicales. Eso me permite llegar a varios mercados y ayudar a la música colombiana a expandirse internacionalmente.

A Arroyo le sobrevive su esposa, Jackeln Ramn.

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